La primavera ya está aquí. Está estación supone un auténtico despertar para todos los seres vivos. Pero, ¿por qué? ¿cuál es el secreto de esta estación para que nos produzca semejantes efectos?
El secreto está en la luz.
La luz es el "disparador" que señala la llegada de la primavera en nuestro cuerpo. Y lo hace regulando la segregación de una hormona llamada melatonina. La melatonina es la "relojera" fisiológica, ya que se encarga de regular el reloj interno, también conocido como ritmo circadiano. Esta hormona se produce en el hipotálamo (en el núcleo supraquiasmático) y se modula por la cantidad de luz que recibimos. Esta hormona a su vez comienza a controlar el ritmo de otra decena de ellas.
Desde el cortisol, que se produce ante el estrés, hasta la TSH, que estimula la producción de hormona tiroidea (aumentando el metabolismo), pasando por las hormonas que controlan el sistema renal o la producción de serotonina y oxitocina (la "hormona del amor"). Por supuesto, la melatonina también afecta a la producción y control hormonal reproductivo. Y es que los animales llevamos millones de años adaptándonos al inexorable ciclo de las estaciones, ajustandonos a reloj que nos imponen. Por ello, la primavera le dice a nuestros cuerpos: es hora de despertar, de reproducirse, de volver a estar activos. Y lo hace gracias a nuestro reloj biológico, activado por el mayor número de horas de luz.
Habría que preguntarse qué efectos produce este deslumbramiento...
ResponderEliminarTienes toda la razón...
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